sábado, 19 de febrero de 2011

La casa por el tejado

Empezamos la casa por el tejado, dejándonos llevar por un flechazo de las 12 de la noche, la hora maldita en la que los hechizos acaban...

Nuestra casa se tambaleaba, temíamos (temía) por vientos y tormentas, pero sobre todo, temía por fantasmas... Por esos fantasmas con nombres y apellidos que nos atormentan y no nos dejan seguir adelante, no nos dejan pintar habitaciones y poner parquet.

El otro día me dijeron que la diferencia entre el que deja y el dejado de una relación es que el rechazado no puede seguir con su vida mientras que el otro sí... Supongo que la flecha unió a dos corazones abandonados con la graciosa ironía de salvar a uno de ellos... Uno podrá seguir con su vida y el otro morirá sepultado en los restos de "su casa"...

No sé cuál de los dos soy o seré, ni siquiera sé si hemos dado un giro a las bromas del destino. Lo único que sé es que hemos puesto las bases y construimos sin saber qué será... Pero no una casa, al menos no mi casa...

"Las segundas partes nunca son buenas, porque cada guionista tiene una idea diferente de lo que debe ser"

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